“Nunca sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte, es tu única opción”
Bob Marley
Lía, llegó a la ciudad finamente maquillada. Su abrigo color violeta, disimulaba discretamente su delgadez. Al bajar de la naranja mecánica, me sonrió, se acercó y me besó sin remordimiento.
El regreso a la colina estuvo marcado por un voraz silencio. Antes de estacionar el auto me dijo:
- No se pudo hacer nada querido.
- ¡Inhumanos! - respondí.
Al parar, bajé rápidamente. La tomé de la mano y la ayudé a salir. Al llegar a la habitación, la abracé largamente, le dije cuanto la amaba y salí. Cerré la puerta, di dos pasos y rompí en llanto.
Dos semanas después, el cáncer la alejaría definitivamente de mi vida.
Héctor DANIEL
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