Castillo al atardecer

Fondos de Pantalla España Castillo Tarde Butron Castle Ciudades descargar  imagenes

        Bienvenido, fueron las primeras palabras expresadas por Carlos Brizzont para con su nuevo Rey, Octaviu  III; quien fue escogido como sucesor de su hermano Fheliipe I. Carlos, condujo al nuevo Rey a sus aposentos, para que descansara del largo viaje. Ya estando allí, le juró obediencia y lealtad. Octaviu  III, lo observó en silencio y luego le ordena marcharse. 

        Carlos Brizzont, fue educado para servir. Su larga trayectoria como mayordomo de la casa real, era extraordinaria. Conocía de palmo a palmo, todo el territorio perteneciente a  la corona. Todo lo que se hacia dentro del castillo, pasaba por sus manos. Ordenaba a sus lacayos blancos, como les decía, cuando se emborrachaba y se perdía en el alcohol. Soñaba, con ser algún día el Rey. Siempre reprochaba, como una persona con tal preparación, fuese solo mayordomo. Había servido a lo largo de los años,  cuatro reyes y dos reinas, todos habían culminado su reinado, de la forma más extraña, la muerte repentina. El último Rey, lo había elevado al más alto rango. Tal era su poder, que recomendó a su amo, con quien casarse. Para ello, escogió a una digna doncella, sin dote, de ningún tipo, ni apellido aristocrático. Violeta, era su nombre; sin familia. En un atardecer, se convirtió en la nueva soberana. El Rey Fheliipe I la adoraba, solo deseaba de ella un heredero, pero jamás pudo lograrlo.

        Unos de los consejeros del Rey, notó  una tarde que  la soberana, salía de los aposentos del mayordomo, sin ningún tipo de compañía. Éste, para no cruzarse con Violeta desvió su camino, pues el castillo contaba con pasadizos secretos, que solo conocían los más allegados a su Majestad.  Al llegar a sus aposentos, Violeta ordena a su acompañante, que le prepare un baño. Dos horas estuvo en la bañera, perdida en los recuerdos. Alguien toca la puerta, es un consejero, quien le informa se presente a la brevedad ante el Rey. Ella obedece. Después de  unos treinta minutos, esta ante la presencia de Fheliipe I.

        Allí, junto al Rey y sus consejeros, se encuentra Carlos Brizzont. Se decide un viaje al extranjero de los soberanos. El castillo, quedará bajo el mando, del fiel servidor. Carlos, ya sabía del viaje, pues su majestad, el Rey se lo había contado, en una de las tantas reuniones que hacían al caer la tarde. Pero dicho viaje, fue una sugerencia del propio mayordomo. Siempre es recomendable estrechar lazos de amistad, con los reyes vecinos; le expresaba en cada oportunidad, su adulador. Los consejeros no estuvieron de acuerdo, por  los conflictos que se vivían, pero el soberano, solo escuchó a Carlos. 

        Brizzont, los despidió  al ocultarse el sol, deseándole los mejores augurios. El mayordomo, ordena a los sirvientes atenderlo y mudar todas sus pertenencias a la recamara del Rey. Su plan comienza sin ningún inconveniente. Él, acordó con la soberana, el asesinato de su Majestad, para apoderarse del reinado. Ésta, no podía negarse, pues había llegado allí, por influencia del astuto servidor. Al fin su sueño, se haría realidad. Al carecer de Rey, Violeta contraería nuevas nupcias con él y de esta manera se convertiría en el soberano Carlos Brizzont I, como siempre lo soñó. Durante el viaje, lo planeado se desarrolla con precisión y ocurre un ataque a la caravana de los Reyes. Todos mueren, solo se salva la soberana y su acompañante. Uno de los cinco consejeros logra huir, sin que Violeta, lo notase.

        Al regresar al castillo, la soberana convoca reunir a los nuevos consejeros y ser nombrada como la Reina. El plan sigue su curso, sin ningún improvisto. Solo se debe esperar un año, para poder contraer nupcias nuevamente. En ese período, la reina gobernaba bajo la influencia de Carlos, quien la obligó a iniciar una guerra con sus vecinos, por más territorio. A pesar del conflicto,  el castillo exponía cierta  alegría mezclada con una turbia y profunda oscuridad. El jardín, pese a su belleza y grato olor, reflejaba tristeza. Constantes discusiones entre Carlos y la soberana por las decisiones que se tomaban en el reinado, terminaron por entristecer aun mas a Violeta, quien comenzó a sentir culpa de lo realizado. El mayordomo, la controlaba en todo, y no le permitía ni un ápice de remordimiento.

        Faltando dos meses para cumplirse un año del reinado de Violeta, se recibe la noticia, que del extranjero, llegará el hermano de Fheliipe I, quien reclamará el trono. Pues al estar en tierras lejanas, no pudo enterarse de lo ocurrido. Pero gracias, a Galindo, el consejero que logra huir y dar con su paradero, vendrá a reclamar, lo que le pertenece. Carlos se sorprende, pues desconocía de la existencia de este y ordena a Violeta, que impida su llegada. El ejército  se prepara para impedir el acceso al castillo del verdadero sucesor.

        Los consejeros dialogan con Violeta, sin la presencia de Carlos, pues saben de  su influencia. Le recomiendan detener al ejército, pues se conoce de muy buena fuente, que el nuevo sucesor cuenta con el apoyo de cinco reinos vecinos; quienes de lo contrario desataran la guerra, para restaurar al hermano de Fheliipe I. La reina intenta convencer a Brizzont, pero este se niega; tiene otro plan a ejecutar. Carlos ordena a sus leales servidores  detener a la reina Violeta junto con sus consejeros. La obliga a abdicar mediante juramento sagrado y envía la misiva al sucesor.

        Mientras el hermano de Fheliipe I marcha con el ejército, recibe la noticia de la abdicación de Violeta en su favor. Determina continuar el viaje con un reducido grupo, incluyendo a Galindo. Dentro del grupo seguía el informante enviado por el mayordomo. Este siguiendo las órdenes de Carlos, diseña una estrategia para desaparecer a Galindo, quien termina cayendo de su caballo al cruzar un estrecho puente. El sucesor lamentó el terrible accidente y continuó  sin dar marcha atrás.  Al pasar cinco lunas, se encontró allí, en aquel hermoso castillo, siendo recibido por Carlos Brizzont.

        Se proclamó como Octaviu  III en el próximo atardecer. Su coronación fue breve. Se le informó, que Violeta huyó, con rumbo desconocido. El nuevo rey desconocía, lo realizado por el mayordomo, pues Galindo no le llegó a informar completamente de su accionar. Ante los ojos del nuevo Rey se encontraba el más fiel, leal y humilde servidor de la corona, quien siguió planeando convertirse en Carlos Brizzont I...

                                      

Héctor DANIEL

Comentarios