Eli en un lugar desconocido

 

 

 

 

                                               A Dannys Mercedes Pérez,

                                por su amistad y generosidad infinita.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

      

       

Ha decidido partir, sin un rumbo fijo. Solo tiene la esperanza de encontrar una mejor vida. La que ha llevado los últimos años, no ha sido tan grave, pero la situación actual de su región, le obliga a exiliarse, sin planificarlo. Lleva a los suyos grabados en su memoria, una memoria imborrable. Es un largo viaje. Eli, deja un gran vacío. Muchas de sus amistades, se han convertido en parte de su familia.

            El viaje se ha decidido en secreto, solo personas allegadas conocen de su plan. En su maleta, lleva lo necesario. Ropa ligera para el calor. Un gran abrigo gris, por si la llega a encontrar el frio, al cual no está acostumbrada. No podía olvidar llevar consigo su estuche de cosméticos. Es indispensable para ella estar siempre maquillada. Junto a esto, un pequeño bolso con dinero. No sabe si le alcanzará, pero esta confiada en que Dios no la abandonará.

            Llega a la terminal entrada la noche. La cola para acceder a ese primer autobús, es larga y lenta. Después de unos  prolongados minutos, logra subirse. Ya ubicada en su puesto, abre la ventanilla para observar el ambiente. Ve mucho movimiento. Se le ha salido una lágrima. Sabe de antemano que será muy difícil regresar. Observa la hora en su celular y decide escribir a las personas que conocen de su ida. Palabras de despedida van y vienen. Deseos de lo mejor entre las partes. Llora sin parar. Es la primera vez, que viaja sin saber a dónde ir. Cierra el móvil y se recuesta. Por un momento descansa.

El autobús se encuentra ya en carretera. Siente un movimiento brusco mientras dormita, es su compañera de asiento que ha despertado. Inician una larga conversación. Los sueños y deseos de ésta, le certifica que ha tomado una buena decisión. Vuelve el silencio.  Gira su rostro a la ventanilla.  Y  mientras espera a que el sueño regrese,  no deja de pensar en todo lo que deja. No hace énfasis en lo material. Siente nostalgia al saber que deja una familia desprotegida y  grandes amistades. Las cuales no estarán físicamente  mañana ante cualquier adversidad.

            La llegada del alba la despierta, busca su espejo para aplicarse maquillaje. Se arregla su cabello y revisa que todas sus cosas estén con ella. Su compañera de asiento sigue dormida. El chofer indica que han llegado. Es la primera parada de muchas. Una larga cola la espera. Debe certificar que saldrá del país ante las autoridades. Busca su maleta. Escucha comentarios desatinados de lo que ocurre con la migración actual. Decide no prestar atención y se dirige a sellar su pasaporte. Nota que es la hora del  desayuno, pero no tiene hambre. Ya está acostumbrada a estar  sin comer largas horas. La cola transcurre lentamente. A su lado un caballero le ofrece algo de beber, lo acepta. Entabla conversación con él. Los mismos sueños y deseos de una mejor calidad de vida los une. Ella, le comenta que ha tenido que dejar su carrera. Años de trabajo dedicada a lo que le gusta. La necesidad la obligó a claudicar y  salir por algo mejor. No sabe en que trabajará. Pero lleva en su corazón el deseo de hacer lo que sea para ganar dinero con dignidad.

            Durante muchos años se dedicó a la enseñanza. En ese camino conoció a los nuevos integrantes de su familia. Sus amistades, las cuales le han brindado todo el apoyo que ha necesitado. Sobre todo cuando la ataca los indeseables mareos. De esas amistades destaca a Lina, mujer tan  aguerrida como ella. Son más las cosas comunes entre ambas, que las no comunes. Es la única, que sabe del  plan de ida. Con ella compartió momentos extraordinarios. Fue de las pocas personas que logró despedirse. La lleva bien resguardada en su corazón. Sabe que debe luchar por ella, su amistad es inquebrantable.

            Ya con su pasaporte sellado, logra cruzar la frontera. Sigue acompañada por innumerables personas que llevan su mismo anhelo. Es una ventaja para ella, aunque viaja sola. La multitud le hace compañía. Busca el bus que la llevará a atravesar un país desconocido. Todavía no ha decidido donde se establecerá. Siente un leve dolor de hombros que se le prolonga hasta el cuello. Saca de su maleta de mano una pastilla y la toma. El cansancio  del recorrido comienza a aparecer. No le presta atención. Toma un poco de agua y trata de descansar.

            Transcurren días soleados y lluviosos en el mismo autobús,  solo ha bajado en algún momento para ir al baño. Risas, lloros y cantos le siguen acompañando su camino. Sus coterráneos son muy expresivos. Es un sello que tiene cada ciudadano de su región.

            Oye que su celular ha sonado. Es Lina, quien le pregunta cómo le ha ido. Se introduce  con ella en una conversación profunda. Le indica que aun no resuelve donde se establecerá. Tiene todavía dinero. No es suficiente, pero le alcanza para varias millas. Ella siente, que ese país por el que transita, no es su destino final. Muy dentro de sí, sabe que algo bueno la espera. Es un sentimiento de éxito.

            El viaje sigue su marcha y aun no estipula donde radicar.  Ya está casi por llegar a la próxima frontera y se siente nerviosa. La inseguridad trata de ganarle terreno, pero no lo logra. La confianza que tiene, supera cualquier barrera. Al bajar del autobús decide continuar su viaje. Sella nuevamente su pasaporte en extranjería y sale en búsqueda de su destino. Compra un nuevo boleto. Sus sueños siguen allí. Un mejor nivel de vida la espera.

            Se pone al día nuevamente con Lina, a través de una llamada telefónica. Al colgar, recibe un mensaje por whatsapp, es Moisés, un compañero de trabajo quien la saluda y desea saber de su salud. Hace varios días que no conversan. Ella lo considera un gran amigo, no al nivel de  Lina, pero lo estima demasiado.  Le confiesa que ha decidido partir del país. Va en camino a un lugar desconocido. Moisés se sorprende, aunque sospechaba que ella haría eso. La motiva y le invita a seguir. Él sabe que no regresará pronto y le aconseja tener cautela. El viaje continúa por unos días más. Luego determina parar en  un país tropical, aunque su clima varía según la altitud y región. Ella escoge a la capital. La encuentra fresca, quizás sea por la entrada de la noche.

            Eli,  llega a una pensión donde es recibida gratamente. Le asignan una habitación grande y espaciosa. En un estante coloca su ropa y parte del calzado que la acompaña. Luego de acomodar lo que trae se toma un descanso. Al  día  siguiente inicia la búsqueda de empleo. El primer trabajo que haría fuera de su tierra. Un trabajo, que probablemente no tenga que ver con su profesión. Llega a un  cibercafé y le consulta al encargado. Este le recomienda ir a la panadería de la carrera 27. Se dirige al sitio. Al estar allí  es entrevistada por el dueño,  quien la recibe con amabilidad, la escucha y evalúa con determinación. Es contratada de inmediato, su nuevo jefe observó en ella, frescura y unas ganas enormes por trabajar. Eli, sale de allí contenta.

            Suena la alarma del celular. Son las cuatro de la madrugada. Debe levantarse, bañarse y partir a su puesto. Su obligación es estar  antes de las seis de la mañana. Al llegar,   su nuevo jefe le indica las tareas a realizar. Es un trabajo pesado, pero gratificante. Se siente valorada. Sus funciones van desde atender a los clientes hasta lavar bandejas. Aprende el proceso de elaboración del pan  de forma artesanal. Come de vez en cuando una torta o cualquier dulce que le proporciona un compañero, quien ha quedado encantado con su belleza.

            Eli, sigue en contacto con Lina, sus familiares y amistades. Ya no lo hace tan seguido por el ritmo de trabajo,  pero no los olvida. Hoy ya se cumple un mes de haber iniciado el trabajo en la panadería de la 27. Recibe con emoción su primer salario. Da gracias a la vida. Lo que recibe representa muchos meses de trabajo o años en su región. Organiza sus ideas y comienza así su rutina de amor. 

. Antepone las necesidades de sus allegados frente a las suyas. Su salario no representa una cantidad considerable,  pero sí lo es  para su región. Lo poco que logra enviar, es dinero suficiente para una nación empobrecida.

            Transcurren unos meses y todo marcha a ritmo de tambores. Eli se sigue despertando muy temprano. Regresa agotada al ocultarse el sol. Descansa los días domingos.  A lo largo de este tiempo ha logrado reunir un dinero. Lo tiene allí, no desea invertir en algo todavía. Sus amistades le han resaltado que ha cambiado, se ve rozagante y llena de vitalidad. Ella agradece los gestos de cariño.

            Un dos de noviembre, Eli se desmaya en el trabajo. Es llevada a urgencias por un  compañero  de labores. Este la deja allí y   regresa  a sus quehaceres. El médico que la evalúa le diagnostica estrés crónico. La refiere a un neurólogo para que le trate con mayor énfasis. Y le sugiere reposar tres  días.

            Eli, sabe que se encuentra en otro lugar. No es igual que en su región. Decide tomar un solo día. Al regresar al trabajo, consigue en su puesto  a otra persona, por su expresividad  notó que era una compatriota, tal vez con las mismas necesidades de todos los que han salido del país.  El dueño de la panadería la ve y le expresa que no pudo esperar por ella. Le informa que la  recomendará con otras personas.  Parte de allí. Al estar en su habitación llora, se pregunta que hará. Duerme un poco. Al levantarse, se arregla como de costumbre y sale en busca de un nuevo empleo. Reparte en varios lugares su currículo.  Espera varios días y no recibe ninguna llamada. La suerte no la ha querido acompañar esta vez. Gracias a los ahorros que tiene puede sostenerse sin trabajar un tiempo más.

            La situación se ha tornado difícil. No les comenta  a sus familiares y amigos que se encuentra sin empleo. El estrés ha regresado, quizás motivado a que no consigue algo para laborar. Sus mareos  son constantes. La medicación la ayuda un poco. No decide encerrarse, sale a caminar por aquella ciudad desconocida,  con la intención de encontrar algo. Llega a un parque, se sienta y comienza a observar a cada persona que por allí pasa. Mientras los minutos siguen su curso. A su mente llega una frase: “no te detengas, puedes continuar”. Regresa a la pensión,  recoge sus cosas y parte hacia otro destino.

            El cantar de las aves la despierta. Eli se encuentra en una nueva ciudad, algo fría pero hermosa. Se siente perdida. Su nuevo hogar se ve magnifico. Justo como lo había soñado alguna vez. Se organiza y comienza a buscar un puesto de trabajo. Esta vez, la suerte o su deseo de algo bueno la acompañan. Es contratada en un salón de belleza. Aprende técnicas nuevas de pintura para el cabello. Se vuelve  experta. Todo lo hace a la perfección. Comienza a ser reconocida y las clientas la adoran.

            Los meses transcurren con prisa. Eli ha cambiado de trabajo en varias oportunidades. Ella ha decidido dejarlos por algo mejor. De esta manera logra llegar a una empresa transnacional  de cosméticos.

            Cuando el estrés la ataca, regresan los mareos, los controla con medicación.

Lina, ha llegado a la ciudad y se ven cada cierto tiempo. La amistad de ambas es indestructible.

 Eli, no olvida que en su región sigue la necesidad. Ella cada cierto tiempo se inventa un pretexto de trabajo y solicita ayuda en el ámbito informático  a amigos de su región. Cada acción realizada es recompensada. Su corazón solo piensa en ayudar al que lo necesita. Considera que de grano en grano se puede llenar un gran saco.

            Al conversar con su familia, se siente afortunada y bendecida. La vida le obsequia bendiciones.  En corto tiempo ha logrado cosas que jamás se imaginó tener en su país.

Llega a su corazón el amor. Su pareja, es un coterráneo, con los mismos sueños. A miembros de su familia les ha enseñado a invertir. En ocasiones se siente abusada, por personas que se valen de su generosidad. De igual manera ayuda al que lo necesita, sin esperar nada a cambio.

Ya no considera a su nueva región, un lugar desconocido. Se siente bendecida en aquel lugar. En su nuevo empleo, ha logrado alcanzar una excelente posición, la experiencia laboral en su país le sirvió de referencia.  Con el pasar del tiempo  se ha  comprometido. Vive en una casa de alquiler. Se ha comprado un vehículo y el amor sigue tan fuerte como una roca. En su nuevo transitar, espera  formalizar un matrimonio, contribuir como cualquier ciudadana con la nación que le ha brindado apoyo…

Héctor DANIEL


 

 

 

 

Comentarios

  1. Amigo, mi escritor favorito que en el camino de las líneas y cuartillas has plasmando mis vivencias y emociones para darlas a conocer al mundo representado en tus obras literarias. Solo me queda decirte gracias por tanto, te quiero mucho y pido a Dios que cada día te bendiga mas te abra puertas de bendiciones y puedas seguir obsequiandonos a través de tus palabras, el arte, el conocimiento, la reflexión y la vida y que establezca su misericordia y amor aún más en ti en el nombre de Jesús 🙏

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    1. ¡Qué hermosas palabras! Simplemente agradecido. La victoria es de Dios...

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