Chana, la bruja

 








                            "Donde hay amor por la medicina, hay amor por la humanidad"

                                                                  Hipócrates 

El día que su abuelo la lleva por primera vez al herbario, casualmente cumplía quince años. Esa tarde, se sintió algo extraña, pero gratamente afortunada. Desde ese momento, preserva en su caja fuerte, cada ilustración.  

         Al principio, no fue fácil, sin embargo con el pasar de los años, pudo lograrlo. Sin querer y con tesón, lo superó.

         Lamentablemente, no pudo despedirse de él, mientras éste moría, en el viejo pueblo, ella, en la capital, aplicaba su destreza en Tomás; un niño de once meses, al cual le diagnosticó mal de ojo.

         Aunque en su zona la conocen como Chana, la bruja, su tarjeta de presentación  dice: CURANDERA.  

                       

Héctor DANIEL




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